domingo, 1 de marzo de 2009

miércoles, 25 de febrero de 2009

Venecia

Fin de Semana.
Enorme madrugada.
Amanecer prístino.
La cinta de asfalto al aeropuerto vacía, como compensación.
Avión.
Despegue.
Aire.
Caballero de las nubes.
Hacia el horizonte rosàceo.
Un suspiro.
Tierra.
Vaporeto.
Mar.
Venecia.
Agoniza.
Inexorablemente.
Agua.
Sus gentes la revitalizan.
En Carnaval, transpira vida por sus cuatro costuras.
2009, imperio de los seis sentidos.
Fuego.
La mente también juega.
Fin de semana.
Punto.
Y principio!
Imaginación e ilusión en estado puro.

viernes, 2 de enero de 2009

domingo, 30 de marzo de 2008

Anatolia. Día 3


Cuando el maltrato se vuelve norma, con solo que el destino suelte un poco la mano, se vive como un favor inmerecido.

En la mañana preciosa y preciosista en que el programa apuntaba a Hierapolis (Pamukkale) se confabularon varios favores tan deseados como agradecidos:

1.- La madrugada, que no fue especialmente dura pero si fue suficiente como para aliviarnos temprano de una habitación de hotel impropia,

2.- la oportunidad de abrir la jornada inaugurando los senderos de la necrópolis acompañados del privilegio, que nos permitió una primavera adelantada, del saludo de los primeros rayos de un sol tibio; el despertar perezoso de una fauna pujante y tierna; los trino, incansables y frescos de los polluelos de los pajarillos demandado urgente alimento para cobrar fuerza e iniciarse en el inseguro vuelo. Hasta un lagarto panzón y perezoso, aspiraba, extendido al sol, la madurez de una mañana calurosa y rotunda. Todo ello embebido en una fragancia limpia y evocante de quien sabe que campos en quien sabe que tiempos pasados

3.- La Necrópolis de Hierápolis, antesala de la propia ciudad, la descubierta y la enterrada

4.- El Castillo de Algodón de Pamukkale, sorpresa de la naturaleza, que generosa, abre sus entrañas para dejar fluir agua tibia y caliza en un espectáculo de armonía y color, dulces y serenos, como una sangría, blanca y azul, inagotable

5.- El Teatro de la ciudad, recortado en mitad de la colina, es medio camino, empinado, hasta alcanzar

6.- La Iglesia de San Felipe, hoy derruida por quién sabe qué enemigos de qué causas, donde martirizaron al Santo que le presta el nombre


Pero, como durante todo el viaje, una maravilla no puede eclipsar a otra maravilla, tras Pamukkale, Afrodisias, ciudad privilegiada por su carácter de sagrado y por tanto respetada por gente de guerras. Remanso de paz durante siglos, permito y favoreció el nacimiento de otras actividades artísticas (teatro, fácilmente imaginable en el Teatro grecoromano de la ciudad bien conservado y bien mantenido), culturales (poesía), atléticas (famosos juegos de Antioquia, en su no menos famoso estadio de Afrodisias)

Pero todo tiene un final, y lo que no lo destruye el hombre lo destruye la naturaleza y sendos terremotos en siglo VII y siglo XI fueron la antesala de la reubicación de la ciudad en un nuevo emplazamiento. La puntilla fue propiciada por el cambio del discurrir de carreteras que dejo olvidada a una ciudad en ruinas que ha permanecido enterrada hasta bien avanzada la segunda parte del siglo pasado (196x)

Anatolia. Día 2


El descanso reparador es el tesoro diario que recompensa al siempre esforzado e insatisfecho viajero.

Con la fuerza que aporta ese tesoro afrontamos la Capadocia después de pernoctar en el turístico Hotel Perissia, justo a las afueras de URGUP.

La Capadocia esta viviendo uno de los fenómenos más aplanadores del siglo pasado y del presente que esta asolando, igualando y desnaturalizando a nuestra vieja esfera Tierra: el turismo

Turquía, en su conjunto recibió el pasado 2007 unos 20 millones de visitantes. Este fenómeno, creciente cada año, es disfrutado y soportado por la Capadocia en su cuota parte. Su juventud, otrora emigrante, no solo vuelve sino que trae de la mano a su hermano de otros confines de las geografías del norte para, dándole la espalda a la agricultura, siempre (en el espacio y en el tiempo) mal pagada, zambullirse de lleno en el sector servicios, en donde, a falta de un mejor modelo (quien va a ser el primero en definirlo ?) están (mal)copiando los pecados del modelo occidental

El curioso paisaje que el viajero acabará por fijar en su conciencia y que caracterizara a la Capadocia para el resto de su vida es consecuencia de dos fenómenos físicos:




1.- la acción de los volcanes que tras erupcionar, cubrieron el terreno con dos subproductos típicos la tuba (porosa y erosionable) y el basalto (poderoso y duradero)




2.- la erosión, por el viento y el agua.




Ambos actividades, en combinación, consiguieron y mantienen en constante formación, las construcciones que el pueblo capadocio ha denominado Peribacalari (chimeneas de las hadas)
En resumen, el basalto, inatacable por la erosión alberga bajo si, la tuba que, cobijada, no escapa erosianada, dando forma a una suerte de símbolo fálico con capuchón que la versión para publico infantil ha transformado en un referente de cuento.

Estas formaciones se han mantenido con el paso de los siglos en las laderas de los valles, (Goreme, de la Paloma, del Cazador), en donde vienen encontrando mejor abrigo que en la planicie expuesta.




Como consecuencia, el habitante de la zona, orada la tierna tuba en las zonas recogidas y forma junto a sus hogares, primera necesidad a cubrir, simples (la física, la del cuerpo), una suerte de manifestaciones artísticas de semblanza bizantina, algunas con frescos memorables por factura y conservación, siglos XII y XIII, otros naif hasta la sonrisa con arquitectura, diriase pueril,(Siglo X) pero que indudablemente buscan dar respuesta a la segunda necesidad vital, compleja y elaborada, (la del espíritu, la del alma). Ejemplos son la Iglesia oscura y de la hebilla, exponentes del arte elaborado, o las Iglesias de San Basilio, Santa Barbara (maravillosamente primitiva) o San Honofre (Buen emplazamiento para escuchar "La voz" como hizo San Pablo camino de Damasco)




Por esas mismas características del terreno, su fácil excavación y resistencia simultanea, y por lo estratégico de su ubicación geográfica, en mitad del camino en donde se cruzan, no siempre amigablemente, las culturas indoeuropeas y "uroalticas", en Capadocia se da otra manifestación arquitectónica peculiar: las ciudades enterradas. Presumiblemente construidas para que los habitantes de la zona pasaran desapercibidos, en tanto que sumergidos en el terreno, enterrados en vida, al paso de las hordas otomanas. No se acaba de entender bien esa fijación cristiana de, maximizando la costumbre del avestruz, hundir su existencia ante el peligro.




Fuera aparte, la construcción es asombrosa, milagro de esfuerzo y tenacidad, ejercicio de ingeniería. Y de convivencia. Kaymakli y Derinkuyu son buenos ejemplos de ciudades subterráneas, presumiblemente habitadas en periodos limitados en función de las necesidades, entre los siglos VI y X. Daban cabida a unas 2000 personas junto a su correspondiente ganado, con un sorprendente sistema de ventilación, una no menos sorprendente dedicación a la uva, por su zumo (!?) y una no tan extraña, por habitual disposición de espacios comunales como iglesias, cocinas, graneros, ... Curiosas las ruedas de amolar o puertas (?) y las piedras, enormes, para amorterar o tableros de juegos(?) enigmáticas las ausencias de agua y toiletes

Por último, en esta por fuerza breve reseña y como vigías avizorantes de peligros acechantes, se erigen dos, también, peculiares castillos: Ortahisar y Uchisar, ambos singulares promontorios fueron horadados por sus primeros ocupantes a fin de proteger vidas y albergar pertenencias a la par que ser utilizadas como privilegiadas atalayas y desde ellas avistar la llegada del enemigo. Se han encontrado ruedas de piedra enormes cuya finalidad se sugiere podría haber sido el ocultar el acceso desde esas oreadas viviendas hasta las ciudades subterráneas privadas de otros accesos salvo los así fuertemente protegidos.

Turmalitas, jades y capullos completaron la jornada que nos condujo a nuestro, otro, bien ganado tesoro del día: el descanso

Antes de cerrar los ojos, para que el cerebro reorganice impulsos, percepciones y sensaciones, vivencias en suma, un ultimo pensamiento para ese nuevo saber adquirido que ha supuesto conocer el intercambio de 1,5 millones de griegos y turcos, unos desde la capadocia hasta su patria y otros desde Grecia hasta la suya, como consecuencia de la estabilidad necesaria tras el tumulto de la primera guerra mundial, fin del imperio otomano que se alió al bando perdedor. Fin de la presencia de los cristianos ortodoxos en la Capadocia. Fin de la Entropía?

Anatolia. Dia 1





La amanecida sobre el estrecho del Bósforo y el Mar de Mármara nos ha regalado el despertar de un sol acariciador, primero, y energizante después, que ha hecho desaparecer las piedras de nuestros parpados y el lastre de nuestros pobres (casi depauperados) cuerpos.

Estambul rebullía aún en su catre de calima gris rosácea e incipiente primavera y se desperezaba sacudiendo las últimas sombras de sus colosales y centenarias murallas.
Con el recuerdo de la cena de la noche anterior aún en el estomago y su disfrute en el ánimo, hemos atacado el camino del aeropuerto; destino intermedio hacia el objetivo final: Ankara

Ankara esta enclavada prácticamente en el centro de una meseta, altiplanicie a 1.000 metros sobre el nivel del mar y corazón de la Anatolia. Capital de una republica de más de 70 millones de habitantes, supera los 780 mil Km2, es el centro político y administrativo de la nación turca por obra, gracia y decisión de Mustafa Kemal Ataturk quien quiso para su país redefinido por él, una capital lo mas alejada posible de las fronteras hostiles. Así, también, hizo evolucionar la Angora ancestral hasta convertirla en la Ankara de mediados del siglo XX y posibilitar a sus sucesores soñar con un país que, sin olvidar a sus derviches, supere a sus fanáticos ayatolas y alcance una nueva meta utópica: la europeidad.

El Mausoleo de Ataturk muestra, mas allá de toda duda, el homenaje que el pueblo agradecido rinde a un hombre, poderoso, que se dejo arrastrar por la visión de una nación diferente, por la pasión de construir un estado moderno y la inspiración de no dejarse arrastrar a un nuevo sultanato fácil y halagador. Así surgió la República de Turquía. El proyecto, hecho realidad de un hombre de estado, integro y querido por su pueblo. Quizá merezca la pena que respetando el respeto, alguien modernice un tanto la exposición de la ingente tarea realizada por tan querido gobernante, intentando superar el estadio de "opereta" que hoy rezuma un escenario arquitectónico y una ubicación sin un pero.

El Museo Contemporáneo de Antigüedades resulta pequeño en superficie e intenso en historia antigua. Zambulle a su visitante en un recorrido por la historia de la zona, desde los primeros pobladores luciendo sus hachas de sílex de mas de 10 mil años, hasta los hititas y sus frisos en piedra mostrándonos, arrogantes, sus portentosas facultades conduciendo sus carros de combate tirados por pétreos caballos de belfos casi tibios y humeantes por el esfuerzo. Tal es el valor artístico de las piezas exhibidas

A hora temprana, incluso para la clase británica, hacemos los honores a unos típicos entrantes junto a una musaka exquisita e iniciamos sin solución de continuidad, viaje hacia la Capadocia.

Seis horas de ruta y el Lago Salado nos aguardan. Es el momento de conceder una tregua tanto al sueño como a los sueños que siempre acompañan al maravillable y fatigable viajero

viernes, 28 de diciembre de 2007