domingo, 30 de marzo de 2008

Anatolia. Dia 1





La amanecida sobre el estrecho del Bósforo y el Mar de Mármara nos ha regalado el despertar de un sol acariciador, primero, y energizante después, que ha hecho desaparecer las piedras de nuestros parpados y el lastre de nuestros pobres (casi depauperados) cuerpos.

Estambul rebullía aún en su catre de calima gris rosácea e incipiente primavera y se desperezaba sacudiendo las últimas sombras de sus colosales y centenarias murallas.
Con el recuerdo de la cena de la noche anterior aún en el estomago y su disfrute en el ánimo, hemos atacado el camino del aeropuerto; destino intermedio hacia el objetivo final: Ankara

Ankara esta enclavada prácticamente en el centro de una meseta, altiplanicie a 1.000 metros sobre el nivel del mar y corazón de la Anatolia. Capital de una republica de más de 70 millones de habitantes, supera los 780 mil Km2, es el centro político y administrativo de la nación turca por obra, gracia y decisión de Mustafa Kemal Ataturk quien quiso para su país redefinido por él, una capital lo mas alejada posible de las fronteras hostiles. Así, también, hizo evolucionar la Angora ancestral hasta convertirla en la Ankara de mediados del siglo XX y posibilitar a sus sucesores soñar con un país que, sin olvidar a sus derviches, supere a sus fanáticos ayatolas y alcance una nueva meta utópica: la europeidad.

El Mausoleo de Ataturk muestra, mas allá de toda duda, el homenaje que el pueblo agradecido rinde a un hombre, poderoso, que se dejo arrastrar por la visión de una nación diferente, por la pasión de construir un estado moderno y la inspiración de no dejarse arrastrar a un nuevo sultanato fácil y halagador. Así surgió la República de Turquía. El proyecto, hecho realidad de un hombre de estado, integro y querido por su pueblo. Quizá merezca la pena que respetando el respeto, alguien modernice un tanto la exposición de la ingente tarea realizada por tan querido gobernante, intentando superar el estadio de "opereta" que hoy rezuma un escenario arquitectónico y una ubicación sin un pero.

El Museo Contemporáneo de Antigüedades resulta pequeño en superficie e intenso en historia antigua. Zambulle a su visitante en un recorrido por la historia de la zona, desde los primeros pobladores luciendo sus hachas de sílex de mas de 10 mil años, hasta los hititas y sus frisos en piedra mostrándonos, arrogantes, sus portentosas facultades conduciendo sus carros de combate tirados por pétreos caballos de belfos casi tibios y humeantes por el esfuerzo. Tal es el valor artístico de las piezas exhibidas

A hora temprana, incluso para la clase británica, hacemos los honores a unos típicos entrantes junto a una musaka exquisita e iniciamos sin solución de continuidad, viaje hacia la Capadocia.

Seis horas de ruta y el Lago Salado nos aguardan. Es el momento de conceder una tregua tanto al sueño como a los sueños que siempre acompañan al maravillable y fatigable viajero

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